Verónica Domingo Alonso es una artista que rediseña la estética del paisaje desde una visión íntima y personal. Su práctica investiga las nociones del lugar, espacio y territorio, utilizando un lenguaje material desde un campo expandido del conocimiento del dibujo. Lo que propone dentro de su práctica es una forma de creación en la que dibujo y pintura adquieran un valor absoluto en la construcción de un marco complejo y abstracto. Su experimentación visual está avalada por una delicada integración entre dibujo, pintura, grabado, fotografía  e instalación. Su práctica hereda y promueve un sentido de la historia a través de su propia fabricación, informado por el conocimiento de  la caligrafía y el arte chino. Las obras sirven como testimonio de conceptos tales como tiempo, espacio, memoria, palimpsesto y ausencia. 

In situ. Fase III

   Verónica presenta una nueva lectura y entendimiento del concepto espacial, en el que el diálogo entre abstracción y figuración aporta vida a un conjunto de imágenes en blanco y negro.

Con este proyecto, Verónica, no sólo propone representar simbólicamente sino también reinterpretar trayendo a presencia elementos claves en la investigación del espacio y del lugar. Su apuesta va más allá de los límites tradicionales establecidos y/o entendidos hasta hoy día, presentándose como un caleidoscopio de posibilidades en el que el lenguaje extendido del dibujo da paso a la experimentación visual de la integración melódica de dibujo, pintura, grabado e instalación.

   Para conseguir sus objetivos, Verónica, interactúa con el espacio, el lugar y el tiempo; trabaja directamente con ellos, los siente, los analiza y respira de su esencia. Cuando pasea por el espacio, crea ritmo y armonía con su respiración y con los latidos de su corazón. Su cuerpo es el instrumento que dirige y dispone la estructura de su obra. Como en una coreografía, la artista, mueve los objetos al compás del tiempo, un tiempo marcado por ella misma jugando delicadamente con sus obras dentro del espacio físico marcado por la estructura arquitectónica de la instalación.

   Al igual que el espacio natural crea partituras rítmicas con pausas, sonidos y silencios, los trabajos de Verónica (monoprints, tintas, telas, dibujos , etc) se hermanan en un circuito abierto de posibilidades dentro del perímetro arquitectónico del lugar en el que la instalación cobra vida y toma protagonismo frente al espectador, el cual es invitado a interactuar paseando por una partitura visual que esconde silencios, vibraciones, tensiones, intervenciones, equilibrios, pausas, ritmos…que evocan lugares oníricos, construyendo un complejo entramado abstracto a través del cual la obra nos habla de conceptos para los que nuestros idiomas apenas tienen palabras.

Verónica Domingo Alonso