“Subiendo y bajando persianas vislumbró esos haces de luz que se filtraban a través de las rendijas. Haces de luz que cambiaban y se movían, creando trazos en el espacio de luz y sombra. Algo le transmitían estéticamente, algo tan atractivo que se vio atrapada en ellos. Se volvió un tema, un material, una vía para investigar sus posibilidades plásticas, en definitiva en una obsesión.”

   El trabajo en el que estoy sumergida, es la continuación de un proyecto que comenzó gracias a la beca Bilbaoarte. Los haces de luz se expanden (título de este proyecto), nació de dos series fotográficas: Argia ezta ikusten? / ¿La luz no se ve? y Argi distira / Ráfagas de luz. En ellas se parte de una poesía de Gabriel Aresti en cuyos versos decía “la luz no se ve”, como cuestionamiento estético y punto de reflexión. En estas instantáneas he conseguido materializar la luz, dotarla de corporeidad. Si bien la luz es invisible e incolora al ojo humano, gracias a ella podemos ver.

   La luz es un tema recurrente en mi trabajo, y es que el haz lumínico se ha plasmado como forma objetual, como movimiento, como concepto de gran velocidad (dada su condición física) y como hacedora de la inmensidad de colores existentes. En este último proyecto se suma una faceta más de este espectro; y es que la luz vaga por el vacío a una velocidad de 299.729.458 m/s, por lo que invade continuamente el espacio ocupado o desocupado, ocupándolo y adueñándose de él. Este aspecto de expansión y ocupación del espacio se ha convertido en la característica principal del proyecto, donde se produce un trasvase de lo bidimensional a lo tridimensional. Las imágenes y los procesos de impresión bidimensionales como la serigrafía, presente en obras anteriores, ayudan a plasmar este concepto y materializar obras tridimensionales.

   Pero el trabajo no se ha quedado en este único planteamiento, y es que una vez creadas varias piezas y dispuestas flotando en el espacio, un nuevo factor concluyó muchas de las obras, un elemento totalmente unido a la luz: la sombra. A través de los dibujos lumínicos estampados en materiales transparentes y moldeados, se han creado las proyecciones de sombras naturales de las piezas, las cuales varían en cada espacio diferente, creando en cada lugar una versión de la propia obra. Por lo tanto, en este ver a través del vacío, he conseguido que los trazos de luces estampados en la transparencia (vacío), se conviertan en sombras proyectándose en paredes, techos y suelos, creando una obra más completa capaz de adueñarse de diferentes espacios.

   Los destellos de luz abandonan la rigidez del soporte, buscando sus límites. ¿Pero cuáles son los límites plásticos, estéticos y formales de estas esculturas y de las imágenes que portan? ¿Existe realmente un límite? Eso es lo que estoy intentando desvelar en este proyecto.

Zaloa Ipiña